
Dos bebidas ricas en antioxidantes y con numerosos beneficios para la salud. Pero… ¿qué las diferencia?
Recolección del Té Verde
En el cultivo del té verde, las hojas son recolectadas por expertos en las primeras horas de la mañana, cuando su contenido celular está en su punto más tierno. Lo ideal es hacerlo durante los meses más fríos.
Después, las hojas se pesan y se someten a un proceso de vaporización en conductos con forma de barril, donde el vapor a alta presión suaviza las hojas y las recubre con sus propios fluidos celulares.
A continuación, se realiza un presecado, que detiene cualquier acción química adicional en las células y prepara las hojas para su secado.
Luego, las hojas se enrollan, iniciando un proceso de oxidación en el que las células se rompen y la savia se mezcla antes de pasar al tostado, donde una máquina elimina la humedad restante.
Finalmente, se procede al secado y moldeado, realizado por una máquina circular. Después, el té se tamiza y clasifica, separando las partículas por forma y tamaño para obtener los diferentes grados de té verde.
Recolección del Té Matcha
El proceso para obtener matcha es más meticuloso y prolongado que el del té verde. Idealmente, se lleva a cabo en los meses de primavera y otoño.
Veinte días antes de la cosecha, toda la plantación que se convertirá en matcha se cubre con lonas. Esta técnica aumenta la concentración de clorofila, teanina, cafeína y aminoácidos, dotando al té de sus nutrientes esenciales. Después, las hojas se recogen manualmente, eligiendo solo las mejores.
Hasta este punto aún no se ha producido el matcha; el proceso comienza realmente en el siguiente paso.
Las hojas se vaporan, se separan de sus tallos y luego se muelen hasta obtener un polvo muy fino. El proceso es tan cuidadoso que un molino de piedra solo puede producir 40 g de matcha por hora.
Cómo Consumir Té Verde
Para disfrutar una buena taza de té verde, calienta el agua hasta que esté a punto de hervir, viértela en una taza y deja el té en infusión no más de 3 minutos.
Muchos aficionados al té verde añaden limón, miel o jengibre para potenciar sus propiedades y mejorar su sabor.
Cómo Consumir Té Matcha
A diferencia del té verde, el matcha nunca debe infusionarse, sino disolverse directamente en el agua. Coloca un gramo de matcha en una taza, añade una pequeña cantidad del líquido que vayas a usar y disuélvelo con un batidor de bambú (chasen) o uno eléctrico. Luego, incorpora el resto del líquido.
En Occidente, se ha popularizado el matcha latte, preparado con leche (animal o vegetal). También puede tomarse con agua (la forma tradicional), con zumo, o en batidos y smoothies.
Además, el matcha se usa cada vez más en recetas dulces como galletas, tiramisú y postres.
Propiedades del Té Verde y del Matcha
Aunque el matcha proviene del té verde, no comparten exactamente las mismas propiedades. En el té verde, se infusionan hojas y tallos; en cambio, en el matcha se seleccionan solo las mejores hojas, se separan los tallos y se muelen en polvo.
En el té verde, las hojas y los tallos se combinan para la infusión, mientras que en el matcha solo se seleccionan las mejores hojas, se separan de sus tallos y se convierten en un polvo muy fino.
Además, el matcha no se infunde, sino que se disuelve, lo que permite aprovechar al máximo todos sus nutrientes.
Al infusionar el té verde, solo se aprovecha entre el 10% y el 20% de los nutrientes de la planta. Con el matcha, al consumir la hoja entera disuelta, se obtiene el 100% de los nutrientes, maximizando así sus beneficios.
Dos Bebidas, Una Gran Fuente de Salud
Como ves, las sutiles diferencias entre el té verde y el matcha los convierten en dos bebidas distintas pero complementarias, ambas cargadas de antioxidantes y propiedades saludables.
Si aún no lo has hecho, empieza a llenar tus mañanas de energía y bienestar eligiendo entre té verde o matcha, siendo este último la forma más completa de aprovechar todos los beneficios de la planta. 🍵